Reflexionar acerca de todo, en cada momento

Mattias Durán, estudiante de quinto año de Derecho PUCV, ha estado exitosamente ligado a los torneos de debates nacionales e internacionales desde sexto básico: “un profesor de la media vino a nuestra sala a preguntar si a alguien le interesaban los debates y como a mi me gustaba hacer de todo, levanté la mano”, recuerda.

Desde entonces, no ha parado de practicar y competir. Estudió en el colegio Liahona de El Belloto, donde su mentor fue César Miranda, alumni de Derecho PUCV y director de la Sociedad de Debates.

Mattias explica que las preparaciones para debates han sido una gran interacción con los estudios de Derecho, ya que en su cabeza constantemente está “estudiando”, leyendo textos complejos, aprendiendo de temas diversos e investigando sobre cosas nuevas.

“En las pruebas lo hago muy bien porque tengo un grado de preparación para responder y adaptarme, pensar rápido y expresarme con claridad. Debate me ha permitido tener un nivel de expresión mucho mejor”, reconoce.

Los temas de los torneos son variados y desconocidos previamente, razón por la cual constantemente está leyendo todo lo que pueda: “no hay momento del día en que no piense en cómo debatir una temática, incluso en clases, pienso cómo llevar lo que dice el profesor, al debate”, reconoce. Esto, además de focalizarse en practicar discursos, tonalidad, oratoria, etc.

En marzo recién pasado ganó junto a su pareja de debate -Fernando Contreras, egresado de Derecho de la Universidad de Valparaíso – por segunda vez consecutiva, el Torneo de Debate Interuniversitario, en la Pontificia Universidad Católica del Perú. En 2022, además, fue premiado como el mejor debatiente del Campeonato Mundial de Debate en español, entregado por la Universidad Rey Juan Carlos en España. 

Además de estudiar Derecho y debatir, Mattias trabaja como profesor en una academia china de debate, dando clases virtuales cinco noches a la semana en inglés, a chicos que quieran entrar en este circuito de torneos. Con esto logra financiar los viajes que debe hacer al extranjero por esta práctica.

De hecho, en abril debe viajar a Nueva York a un torneo angloparlante muy competitivo, ya que estarán presentes los campeones de Europa, de Asia, de Estados Unidos y de África. Por primera vez, va un equipo hispanoparlante, el que estará compuesto por Mattias y un compañero de Perú.

“Es bueno ponerse a prueba fuera de la zona de confort porque el circuito angloparlante es mucho más desafiante, ellos comenzaron en los 70, el hispanoparlante recién el 2011”, relata Mattias. Y continua: “el otro desafío es competir con personas de las mejores universidades del mundo, tales como Harvard y Oxford. Somos buenos y no nos vamos a dejar intimidar por nadie porque daremos lo mejor que podamos”.

Las temáticas de los debates las conocen 15 minutos antes de la competencia, tiempo en el que no cuentan con acceso a Internet. Deben estar preparados para todo porque pueden aparecer temas de los que saben muy poco o nada.  En esos segundos la pareja conversa y se pone de acuerdo.

Las posiciones -a favor o en contra- tampoco las eligen, razón por la que ha debido defender principios con las que no está de acuerdo. Al respecto comenta: “a veces prefiero defender algo con lo que no estoy de acuerdo; porque cuando estoy de acuerdo con los principios planteados, no reflexiono tanto, son simplemente parte de mis valores. En cambio, si no estoy de acuerdo me es más cómodo, es más fácil armar un racionamiento de eso y saber por dónde me criticarán”.

En el futuro y una vez titulado como abogado, Mattias quiere seguir ligado al mundo de los debates, pero desde otra posición, enseñando en los colegios para que muchos niños puedan participar: “yo tuve que ser muy autodidacta, y reconozco lo bueno que ha sido en mi vida el debate, y eso me gustaría transmitirlo y enseñarlo a otros”.