Por beneficios plausibles, Sebastián Reyes, profesor del Instituto de Biología de la PUCV, explicó los provechos de individuos arbóreos en las ciudades. “Los árboles contribuyen con servicios ecosistémicos, que son beneficios que las personas obtenemos a partir de los ecosistemas, mejorando la salud y calidad de vida que tenemos. Entre estos servicios aportados por los árboles urbanos encontramos la disponibilidad de sombra (lo cual aprovechamos hasta para esperar locomoción) y regulación de la calidad del aire”, explica. Reyes, comparte también recomendaciones a futuros proyectos comentando que “los planes del arbolado urbano deberían incluir ojalá especies arbóreas nativas (originarias de Chile) que estén adaptadas al clima seco en que vivimos. Estas no requieren muchos cuidados ni riego cuando ya son adultos, por ejemplo, Quillay (Quillaja saponaria) y Peumo (Cryptocarya alba), lo que ayuda a reducir el gasto de agua que implicaría regar. Lo que más destacaría para los planes urbanos sería recomendar siempre utilizar especies nativas que sean perennifolias, es decir, que no se les caigan las hojas, como es el caso de las especies mencionadas”, recomienda.