El proceso de acreditación se divide en 3 partes:

Autoevaluación: proceso participativo mediante el cual la institución de educación superior realiza un examen crítico, analítico y sistemático del cumplimiento de los criterios y estándares definidos por dimensión, teniendo en consideración su misión y su proyecto de desarrollo institucional. Este proceso deberá sustentarse en información válida, confiable y verificable.

La institución de educación superior deberá elaborar un informe de autoevaluación, que dé cuenta del proceso y sus resultados, incluyendo una evaluación del cumplimiento de sus propósitos declarados y de los criterios y estándares de calidad, respecto de todos los niveles, modalidades y sedes en que la institución desarrolle funciones académicas e institucionales.

Dicho informe deberá contemplar un plan de mejora verificable, que deberá vincularse con los procesos de planificación estratégica institucional. Asimismo, deberá identificar las principales áreas en las que la institución ha determinado desarrollar acciones de mejoramiento, y los mecanismos y acciones específicas mediante los cuales la universidad solucionará las debilidades detectadas durante la autoevaluación y los plazos en los que se espera alcanzarlos.

Para la elaboración de este documento, resulta fundamental la realización de la instancia participativa de diálogo entre todos los integrantes de la comunidad universitaria denominada "PENSEMOS PUCV", en la que se abordan las dimensiones a evaluar, con el propósito de obtener los insumos requeridos.

Evaluación externa: constituida por dos etapas; la primera, en la que se efectúa una evaluación de la sustentabilidad financiera del proyecto académico institucional y; una segunda, en la que se realiza visita de pares evaluadores.

En la primera fase, un consultor externo especializado, elaborará un informe financiero de la institución, cuyo objetivo será evaluar la planificación, ejecución y control de los recursos económicos en función de sus  propósitos, incluyendo los mecanismos necesarios para asegurar la estabilidad y viabilidad institucional.

Este análisis junto con el de autoevaluación, sirven de base al equipo de evaluadores externos que visitan la Institución, quienes efectúan una auditoría académica para determinar si se cuenta con políticas y mecanismos de autorregulación apropiados, que aseguren la calidad de la Universidad y verificar la validez del informe de autoevaluación desarrollado por la institución, identificando si la institución cuenta -y en qué grado- con las condiciones necesarias para garantizar un proceso de formación de calidad, un avance sistemático hacia el logro de sus propósitos declarados y el cumplimiento de los demás fines de la institución.

Este equipo, constituido por 3 evaluadores nacionales y uno extranjero, contrasta la información contenida en los informes con la que ellos puedan obtener en su visita y encuentros con distintos integrantes tanto de la comunidad universitaria como de exalumnos y empleadores. Como producto del proceso de evaluación externa, la institución contará con un informe de visita elaborado por el Comité de Pares, desarrollado sobre la base de los antecedentes entregados por la institución, aquellos obtenidos en la visita u otros que sean utilizados para corroborar, verificar o complementar la información contenida en los antecedentes de la institución.

Pronunciamiento de la Comisión: El Informe de Autoevaluación (junto con sus antecedentes), el Informe de Evaluación Externa, el Informe Financiero, las Observaciones de la Institución, y otros antecedentes que sean utilizados para corroborar, verificar o complementar la información proporcionada por la institución, ingresarán a sesión del Pleno de la Comisión, ante la cual el Presidente del Comité de pares efectúa una relatoría en base a los antecedentes mencionados, refiriéndose en particular a las áreas en que la institución se somete a proceso. Finalmente, el Pleno de la Comisión, basado en la ponderación de la totalidad de los antecedentes, emitirá el juicio de acreditación correspondiente.

El proceso termina con un pronunciamiento por parte de la Comisión Nacional de Acreditación, que de acuerdo a la ley Nº21.186 podrá acreditar o no acreditar a la Institución, en base a la ponderación de todos los antecedentes recabados en el proceso, determinando por cuántos años y en qué áreas se acredita a la institución. Para acreditar una Institución, ésta deberá haber demostrado que cumple con los criterios establecidos en las áreas de gestión institucional y docencia de pregrado, algo que la PUCV ha hecho en 3 ocasiones. Podrá acreditar las áreas electivas también y, el hecho que no acredita una de ellas, no afectará la calidad de acreditada de la institución que cumple con las áreas obligatorias.

La institución obtendrá una acreditación básica, cuando obtenga 3 años, una acreditación avanzada, cuando obtenga entre 4 y 5 años y una acreditación de excelencia, cuando obtenga entre 6 y 7 años. En caso de que una institución no esté conforme, puede interponer un recurso de reposición respecto de la decisión de acreditación, precisando los aspectos impugnados y fundamentando claramente sus objeciones en base a antecedentes que el pleno de la Comisión no haya tenido a la vista al momento de resolver pero que hayan estado presentes antes o en la fecha en que se produjo la visita de pares.

En caso de no ser acreditadas, las instituciones podrán apelar al Consejo Nacional de Educación Superior.