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Estudiante del Doctorado en Ingeniería Informática PUCV desarrolla algoritmo inspirado en el comportamiento del cóndor andino

En el marco de sus tesis de grado, el estudiante de último semestre del programa de Doctorado en Ingeniería Informática PUCV, Boris Almonacid, está diseñando el algoritmo metaheurístico Andean Condor Algorithm (ACA), el que está inspirado en el comportamiento del cóndor andino cuando busca alimento y que tiene como principal objetivo de resolver problemas de optimización. Este trabajo, publicado la revista científica Natural Computing, sumado a otros 20 artículos científicos y a la adjudicación de un proyecto de investigación internacional, sustentan la elección de este joven investigador como embajador de las Buenas Prácticas en Ciencia de la revista eLIFE.

En su carrera, Almonacid realizó una pasantía en la Escuela de Computación y Sistemas de Información de la Universidad de Melbourne (Australia) que, según el QS World University Rankings by Subject 2018, se ubica N°14 en el mundo. Además, es importante destacar que esta universidad es la N°32 del mundo según el ranking Times Higher Education 2018.

En la actualidad, se encuentra en la ciudad Londres, enfocado principalmente en escribir su tesis doctoral y, en paralelo, se encuentra realizando publicaciones científicas en diversos temas de investigación. Asimismo, participa de un curso de Diseño de Información y Visualización de Datos de la Universidad de Artes de Londres, lo que considera según sus propias palabras: “Una excelente oportunidad para poder aprender diferentes técnicas para mejorar la comunicación científica”.

¿En qué consiste este nombramiento como embajador de las Buenas Prácticas en Ciencia?

Como investigador, siempre me ha interesado las publicaciones ‘open access’, es decir, artículos científicos a los que los lectores acceden sin pagar. A esto se suma la denominación de buenas prácticas que se asocia a la parte de ‘peer review’, incluida en el proceso de revisión de pares de estos artículos. Ambas prácticas, son compartidas por la revista eLIFE, quien aporta una comunidad de discusión y guías para poder fortalecer mis intereses.

En este contexto y como una actividad piloto, se realizó un ‘peer review’ para la 13º Conferencia Ibérica de Sistemas y Tecnologías de Información que se realizó en marzo en España. Allí, participaron cinco personas de diversas universidades y se logró dar un análisis crítico a 15 artículos que fueron enviados a la conferencia, lo que permite enriquecer la experiencia de personas que deseen entrar al área científica.

¿Cómo recibiste la noticia de que fuiste elegido embajador de las Buenas Prácticas en Ciencia, 2018?

Ha sido una maravillosa noticia, especialmente porque el editor principal de la revista eLIFE es Randy Schekman Rand, Premio Nobel de Fisiología o Medicina 2013. Esta prestigiosa editorial me ha abierto una red de contacto de más de 200 investigadores(as) que se encuentran en diferentes partes del mundo. 

¿Cómo fue tu pasantía en Melbourne?

Me encontré con un campus maravilloso, clásico, elegante, moderno y con muchas áreas verdes. Además, mi pasantía estuvo dirigida por el destacado Profesor Peter J. Stuckey, con quién investigué las formas de realizar un diseño base y genérico para poder resolver cualquier problema de optimización. En este sentido, me enfoqué en el desarrollo de nuevos marcos de trabajo computacional para, posteriormente, realizar el diseño, la arquitectura e integrar un algoritmo bio-inspirado.

Dicho de otro modo, la idea fue modelar el problema, utilizando el lenguaje MiniZinc diseñado por Stuckey y encontrar una solución a un problema, a partir de la generación de un algoritmo propio. Sin duda, este proyecto posee un excelente potencial para realizar un proyecto de I+D aplicada.

¿Cómo fue trabajar con el Dr. Peter Stuckey?

Un gran honor, ya que, a pesar de su recargada agenda, se dio el tiempo para trabajar individualmente conmigo todas las semanas. En esta línea, su vasta experiencia, me dio una perspectiva mucho más amplia en los tópicos de optimización computacional y, además, pude observar y aprender como una persona de su prestigio trabaja e interactúa con su equipo de investigación. No puedo dejar de destacar que, a pesar de su gran trayectoria, siempre valoró mis aportes e innovaciones, las que incluyó en algunos de sus proyectos.

¿Quiénes te han apoyado en esta carrera como investigador?

En la actualidad poseo una beca de manutención por parte de la Vicerrectoría de Investigación de la PUCV, que me ha ayudado para la solvencia de los gastos de mis estudios doctorales. De igual manera, para mi pasantía en Melbourne, recibí apoyo de la Escuela de Ingeniería en Informática y una Beca de Pasantía de Investigación, otorgada por la Doctora Honoris Causa Sonia Álvarez, que cubrió el 90% de la estadía en Australia.

¿Cómo ves tu futuro como investigador?

En el corto plazo, consolidar y fortalecer un grupo de investigación que estoy formando con especialistas de distintas universidades nacionales e internacionales y que considera áreas diversas del saber cómo geología, minería, biología, sociología e informática. Estamos convergiendo nuestros temas de investigación en el área de las Ciencias de la Complejidad, debido a que es una línea de generación de conocimiento que soporta muy bien los temas multidisciplinarios.

Con ello, ya hemos publicado un artículo científico para revistas SCI-E (ISI WOS), tenemos otro en revisión y tres más en preparación. De esta manera, esperamos responder a generar conocimiento vinculado a desafíos sociales, económicos, de salud, productivos y de sustentabilidad, siempre bajo la lógica de una buena gestión, que nos permita equilibrar nuestras cargas de trabajo y mejorar los aspectos que aún mantenemos débiles. En síntesis, nuestra idea es realizar artículos científicos de calidad, de la forma más eficiente posible y que entreguen soluciones efectivas a los problemas globales.

Por equipo de Comunicaciones VRIEA