23.04.2024

El Instituto de Propiedad Industrial (INAPI) ha concedido una nueva patente de invención para la tecnología denominada "Procedimiento para estabilizar el polvo en suspensión proveniente de material particulado desde depósitos de relave". Esta tecnología fue desarrollada colaborativamente por las universidades Santiago de Chile (USACH) y Pontificia Católica de Valparaíso (PUCV).

Una de las principales ventajas de obtener una patente radica en que el o los titulares de los derechos  pueden hacer un  uso exclusivo de la tecnología y evitar que terceros la utilicen sin su consentimiento. En este contexto, la invención desarrollada por los académicos de la PUCV, Pamela Valenzuela Toro y Juan Humberto Palma González, junto con los académicos de la USACH, Claudia Ortiz Calderón, Jaime Pizarro Konczak y Daniel Barros Vásquez, cuentan ahora con una tecnología que se encuentra en una mejor posición para ser transferida al sector productivo.

La tecnología en cuestión ofrece procedimientos para el control permanente de la erosión eólica en depósitos de relave, mediante la aplicación de una tecnología supresora de polvo, conformada por productos de origen orgánico o inorgánico y especies vegetales que se aplican conjuntamente sobre el relave.

Al ser consultada sobre las aplicaciones prácticas de esta tecnología, la académica Pamela Valenzuela explicó "Esta tecnología, basada en una cobertura compuesta para minimizar la erosión eólica, fue diseñada inicialmente para ser aplicada en depósitos de relave durante la etapa de cierre. Sin embargo, puede adaptarse para su uso en otras situaciones donde se necesite reducir la emisión de material particulado causada por la acción eólica, como otros depósitos de residuos mineros, residuos industriales, así como en sitios eriazos".

Finalmente, y en respuesta a la pregunta sobre qué consejo daría a otros investigadores interesados en desarrollar tecnologías innovadoras, la académica señaló que es fundamental “Ser constantes, asesorarse con especialistas que brinden respuestas a lo largo de todo el proceso de desarrollo, además de considerar en la presentación de proyectos a fondos concursables, recursos para la protección de los resultados”.

Para la directora de Innovación y directora de la OTL, Macarena Rosenkranz, el contar con una patente concedida constituye un “reconocimiento a la Universidad y a los académicos que fueron inventores de una nueva tecnología que implica años de investigación y desarrollo, donde es relevante destacar la vinculación con el sector productivo, contribuyendo de esta manera con una solución de gran valor para una problemática del sector minero”.

Apoyo de la OTL 

Por su parte, la coordinadora de la Oficina de Transferencia y Licenciamiento, Vania Badilla, destacó que el hito de la concesión de una patente es de gran importancia “El proceso, que puede durar entre 3 y 4 años, vale la pena por los beneficios que conlleva. Estos incluyen la explotación exclusiva de la tecnología por 20 años, la generación de beneficios económicos, la acreditación de la titularidad para evitar el uso indebido por terceros y la difusión del conocimiento. Por estos motivos, invitamos a la comunidad universitaria a acercarse a la OTL para recibir apoyo en todo el proceso, desde el inicio hasta la concesión”.