A un año de la pandemia
Conversamos con nuestro Director E. Giovanny Díaz
Lecciones del primer año bajo confinamiento, los desafíos de la EIC de cara al 2021 y salud mental fueron los temas tratados con el director de la EIC.
A un año de la pandemia del Covid-19, conversamos con el académico y Director de la Escuela de Ingeniería Civil de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, E. Giovanny Díaz. En esta oportunidad nos centramos en los principales desafíos de nuestra escuela, de cara a un nuevo año bajo la crisis más importante de nuestra historia reciente.
Por Comunicaciones EIC
Giovanny, muchas gracias por tu tiempo. Primero que todo, quiero preguntarte por tu experiencia como director de la EIC durante el primer año de pandemia. ¿Cuáles son las lecciones aprendidas?
Sin duda, la pandemia trajo consigo múltiples desafíos, una necesaria reflexión de la vida en general y, con ello, diversas lecciones que sería difícil en este espacio enumerar. Sin embargo, creo que una gran lección que quedó en manifiesto fue la necesaria capacidad de aceptación y de adaptación que los cambios nos obligan y que incluso, más allá de la pandemia, debemos destacar y ser conscientes de que tenemos esa capacidad en nuestro interior. A nivel de la Dirección de la Escuela, estos aspectos no son ajenos, pues esta adaptación, siempre siendo conscientes y empáticos de las variadas condiciones por las todos podemos estar pasando, permitió ajustar procesos en pro de la Escuela y de toda la comunidad que la integra. Finalmente, en estos tiempos se hace presente que todas nuestras actividades están ligadas de alguna forma, y con el teletrabajo este equilibrio entre lo personal y laboral fue sin duda un gran desafío que trajo también diversas lecciones para todos y que cada uno de nosotros espero sepamos identificar y valorar.
En el contexto de que desde el año 2020 se imparte nuestra nueva malla…. ¿Cuál crees que es la diferencia entre los actuales egresados y los que vendrán a futuro?
La Escuela de Ingeniería ha buscado que todos sus egresados cuenten con las capacidades y herramientas para integrarse a su vida profesional con un gran desempeño y autonomía en diferentes disciplinas de la ingeniería civil, lo que ha quedado en manifiesto a la fecha con sus egresados. Estas características igualmente se seguirán buscando y trabajando en los futuros egresados, y la nueva malla curricular les permitirá reforzar este concepto integrador entre disciplinas, incorporando competencias de inglés y comunicacionales muy necesarias en la vida profesional, continuando con un rigor teórico sin perder de vista el carácter práctico, en una ingeniería civil que busca impactar positivamente a la sociedad en general. Asimismo, nuestra nueva malla se diseñó con un ordenamiento que permite a los estudiantes un avance curricular más fluido y articulado, permitiendo con ello un tiempo de titulación de cinco años y medio, siendo de las primeras carreras de la facultad en ofrecer este modelo de carreras de ingeniería desde 2020.
Este año la universidad finaliza sus seis años de acreditación… ¿Cuál es el rol que la Escuela de Ingeniería Civil tendrá en este nuevo proceso?
Todas las unidades académicas tienen participación directa en la acreditación institucional. En esta línea, la Escuela de Ingeniería Civil tiene un rol activo mediante la definición y el riguroso seguimiento y cumplimiento de su plan de acción, el cual se ha desarrollado de acuerdo con los lineamientos del plan de desarrollo institucional. Adicionalmente, la Escuela ha articulado sus acciones según las políticas universitarias en sus diferentes frentes: Docencia, Investigación, Administración y Vinculación con el medio. Asimismo, el cuerpo de profesores de la Escuela ha tenido una participación en las diversas actividades de acreditación definidas por la autoridad central, que condujeron a la generación del informe de autoevaluación institucional, documento base de la acreditación, y que también ha sido una herramienta que ha permitido analizar y ajustar los procesos institucionales considerando la opinión de la comunidad universitaria.
El año pasado, en entrevista con la EIC, comentaste con respecto a la pandemia y la vida universitaria que “La vida universitaria está siendo sacrificada por completo. Esto juega un papel muy relevante en la vida del alumno (…) Esto es un punto sensible y creo que la universidad lo tiene en un tintero”. A un año de esta pandemia y con un nuevo semestre académico virtual en marcha… ¿De qué forma crees que la EIC puede tomar un rol protagónico en la salud mental de sus estudiantes?
Es claro que para la Universidad y nuestra Escuela el impacto de la vida universitaria, así como la salud física y mental de toda su comunidad fue, y lo continúa siendo, un punto muy relevante y en el que se ha trabajado con mucha responsabilidad, respeto y compromiso. Si bien todos los procesos e iniciativas son perfectibles, más considerando las múltiples y variantes circunstancias que sigue trayendo las condiciones sanitarias, la Escuela ha tenido un rol activo desde el inicio de la pandemia, atendiendo y apoyando, en la medida de nuestras capacidades, a toda nuestra comunidad, en especial a nuestros estudiantes e incluso familiares, haciendo seguimiento a situaciones particulares y derivando a los profesionales cuando las condiciones lo ameritan. En aspectos docentes, la Jefatura de Docencia ha tenido un rol protagónico en ofrecer el apoyo a los estudiantes, considerando la demanda de consultas y requerimientos derivados de situaciones académicas, a los cuales también todos los profesores han estado prestos a atender.
Asimismo, todo el cuerpo académico y administrativo de la nuestra Escuela, también han estado atentos para valorar, y apoyar si corresponde, generando los espacios de comunicación, que permitieron realizar ajustes y mejoras, considerando la realidad de los estudiantes, la que sin duda es variada. Por respeto con nuestros estudiantes, hemos sido muy reservados en el trato o divulgación de algunas situaciones, pero es importante tener presente que la Escuela y la Universidad, seguirán trabajando en apoyar a nuestros estudiantes, entre otros, en este importante ítem de salud mental.
Para finalizar y a raíz de tus palabras en la bienvenida académica 2021, ¿Qué consejo le puedes dar a la comunidad académica para enfrentar este difícil año?
Es complejo entregar recomendaciones generales respecto de cómo enfrentar el presente año, ya que las condiciones de los miembros de nuestra comunidad pueden y son muy variadas, y en algunos casos muy complejas y sensibles. Sin embargo, sin ánimo de trivializar, se invita a tratar de no centrar nuestros pensamientos en la dificultades, las que son innegables e ineludibles, sino no más bien es hacer el esfuerzo por vislumbrar este difícil desafío, y quizás otros venideros, como una oportunidad que nos da la vida para sacar lo mejor de nosotros, para ser ingeniosos, para buscar soluciones, para disfrutar de lo básico, para valorar la familia, de manera de seguir construyendo nuestra vida junto a una inesperada pandemia, la que a mediano o largo plazo deberá hacernos mejorar también como sociedad.