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Valparaíso MakerSpace PUCV: contribuyendo en la generación de iniciativas innovadoras de base científica-tecnológica en la Región de Valparaíso

El espacio creativo, que recientemente registró la marca del rediseño de sus protectores faciales “ProMaker”, ha realizado donaciones al personal de salud para enfrentar la crisis sanitaria causada por la pandemia del COVID-19.

Valparaíso MakerSpace es un espacio creativo-tecnológico de prototipado perteneciente a la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, el cual mediante la adjudicación del proyecto "Retos de Innovación: Elementos de protección (EPP) para el personal de salud COVID19" impulsado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación junto a Corfo, rediseñó un protector facial que ya cuenta con su marca registrada en INAPI "ProMaker".

El protector facial realizado 100% en impresiones 3D, es orgánico, sanitizable y, por tanto, reutilizable. Además, dentro de los principales objetivos del equipo de MakerSpace PUCV se encuentra la democratización y liberalización del conocimiento, por lo que el producto es también replicable. En este sentido, el espacio creativo ha hecho un llamado a la comunidad en general para que descarguen el rediseño y así logren fabricarlos ellos mismos.

Para conocer más sobre el trabajo que están realizando actualmente y detalles sobre el rediseño del protector facial "ProMaker", hablamos con: Dayan Echeverría, coordinadora general del equipo; Cesar Cofré, coordinador técnico y Flavia Perazzo, encargada del área de diseño.

¿Qué es el Valparaíso MakerSpace?

Valparaíso MakerSpace es un espacio creativo y tecnológico de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. Básicamente, lo que tratamos de hacer es impulsar la innovación con el foco puesto en el prototipado. Es decir, cuando nos llegan proyectos en estado de ideas, lo que hacemos es validarlas y transformarlas a través de procesos creativos.
Pero también, bajo nuestro manifiesto "Maker", nuestro principal objetivo es liberar el conocimiento. Dicho de otra forma, lo que buscamos es que la población en general pueda tener acceso a todo el conocimiento contenido en nuestra comunidad.

¿Cómo nace la idea de rediseñar un protector facial?

Nació como una idea en conjunto a otros actores de la Región de Valparaíso, y a la necesidad de responder como profesionales de la PUCV y como agentes de cambio social, al contexto que estábamos viviendo. En este sentido, recogimos las inquietudes de los profesionales de la salud y realizamos el rediseño de un protector facial.

A medida que nos fuimos comprometiendo con el proyecto nos dimos cuenta que existía una gran falta de insumos médicos. Además, justo en ese momento hubo un auge de la comunidad maker que comenzó a dar respuesta a las necesidades de la contingencia a nivel mundial. De esta manera, generamos contacto con la academia y con la industria, lo que nos permitió hablar con muchas personas y tener reuniones con gente especializada en el tema. Finalmente salió el programa "Retos de Innovación: Elementos de protección (EPP) para el personal de salud COVID19" del Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, Corfo y el Laboratorio de Gobierno, con el cual pudimos materializar nuestro proyecto.

¿Qué significa el movimiento maker?

Maker es una especie de hacedor, una persona capaz de hacer en base a conocimientos un proyecto con sus propias manos; todos podemos ser makers.
En la Universidad, por ejemplo, tratamos de aprovechar principalmente a los estudiantes de pregrado y todo el conocimiento que van adquiriendo a través de su formación profesional para que la vayan aplicando en proyectos.
De hecho, como Valparaíso MakerSpace, hicimos un llamado a crear una comunidad maker, para que toda persona que tenga una impresora 3D, pueda descargar el rediseño del escudo facial y fabricarlo, mitigando así la falta de stock que existe.
Esta filosofía ''maker'' se rige bajo ciertos valores y uno de estos es actuar de manera colaborativa, compartir el conocimiento, regalarlo, poner tu idea a la disposición de la sociedad, lo que va muy ligado a nuestra tercera misión como Casa de Estudios.

¿Qué características, desde el punto de vista técnico tiene el rediseño del escudo facial?

El escudo facial está hecho 100% en impresión 3D y para fabricarlo usamos un filamento que es el PLA, es orgánico y se puede usar perfectamente para áreas que involucran sanitización. El escudo no requiere el uso de un elástico adicional, que es lo que generalmente usan este tipo de protectores faciales para adaptarse al contorno de la cabeza. Además, tiene un seguro con niveles para ajustarse a la cabeza, sin necesidad de añadir un elemento extra.
Otra de las características buenas de que sea solo una pieza de PLA, es que es completamente sanitizable, lo que lo hace, al mismo tiempo, reutilizable.

Actualmente la Región de Valparaíso está con cuarentena ¿Cómo lo han hecho para seguir trabajando en los escudos faciales?

Ha sido todo un desafío trabajar en pandemia, y más aún de forma colaborativa. Nosotros tenemos un espacio operativo que cuenta con máquinas 3D, sin embargo tuvimos que repartirnos los recursos y empezar a trabajar desde casa. En esta dinámica, nos propusimos ir imprimiendo cada día un lote. Al finalizar pudimos juntar una cantidad importante de escudos faciales que posteriormente fueron donados.

¿En qué etapa se encuentra actualmente el proyecto?

Actualmente, estamos ad portas de presentar el informe final con todo lo que prometimos al comienzo del proyecto y la postulación.
Quisiera resaltar, además, que el proyecto fue un trabajo colaborativo entre varias unidades académicas de la PUCV, fue un esfuerzo en conjunto, que está siendo representado por nosotros.

¿Han hecho donaciones?

Hemos hecho varias donaciones, partimos con el Cesfam Marcelo Mena en Valparaíso, y hemos entregado también en el Hospital Van Buren y el Hospital Gustavo Fricke. Además, tuvimos la oportunidad de trabajar con la red de profesionales de COLABORATECH, plataforma colaborativa para fomentar la innovación y emprendimiento en salud digital, instancia que nos permitió enviar protectores al Departamento de Salud de la Corporación de Quinchao (Chiloé).

¿En qué otros proyectos están trabajando actualmente?

Actualmente, estamos trabajando con unidades internas de la Universidad, del ecosistema de innovación y emprendimiento. Estamos realizando talleres de procesos de prototipado, de validación de hipótesis, de generación de ideas a Chrysalis y a incubados e incubadas de Gen- E. Estamos trabajando fuertemente sobre el manifiesto de liberar el conocimiento, de hacerle difusión y ponerlo a disposición de la sociedad.
También estamos diseñando un diplomado para docentes en relación a la temática de innovación con nuevas tecnologías.
Por último, destacar el trabajo realizado en los Makers Labs, que son uno de nuestros programas más fuertes, los cuales están enfocados en estudiantes universitarios, pero que también nos han permitido generar relaciones más estrechas con los académicos y académicas de la facultad de Ingeniería. Este año, por ejemplo, se nos dio la oportunidad de investigar junto a ellos, y sacamos un Scopus. La labor de los académicos es sumamente relevante, ya que son generalmente ellos quienes hacen el scouting de publicaciones y nosotros aplicamos la metodología, y vamos viendo los resultados para generar papers en conjunto.