SORPRESA ESTRATÉGICA

Sabemos bien los humanos, por experiencia de la vida, que una sorpresa contiene lo inesperado. Si bien es cierto, el avance de las ciencias pertinentes va dando pistas o decantando probabilidades que alivianen la incertidumbre, allí en la esquina está la sorpresa.

Por otra parte, el concepto de estrategia ha adquirido una penetrante importancia en la sociedad moderna. Aunque podríamos remontarnos a la historia para encontrar su uso e impacto en el pensamiento: basta dar una mirada al Arte de la Guerra. En los procesos formativos de profesionales de los negocios, la economía y de la defensa, la estrategia es crucial. Por eso su presencia se ha extendido y profundizado. Otro concepto, que adquiere valoración cada día es la gestión.

Una pregunta evidente se refiere al impacto de la estrategia y la gestión en los resultados de toda organización y emprendimiento humano. En resumen, de toda travesía. Sin embargo, a veces, tales conceptos se convierten en retórica que adornan fracasos sobre pies de barro. ¿Qué puede explicar aquello? Es un interesante espacio de análisis que no debe ser descuidado. En temas hoy centrales de la vida de nuestra nación encontramos en ellos dos poderosas fuerzas para superar graves, anómalas y urgentes tragedias.

En mi opinión, por muy cuidadas que sean las estrategias y las formas de gestión, existen sorpresas de sutil, silenciosa cualidad o penetrantes como un tsunami. Podríamos referirnos a una sorpresa estratégica, que nuestra ignorancia o ceguera impide imaginar o anticipar. Hay en ellos un gran desafío. Estamos llamados a avanzar en el conocimiento y habilidades anticipatorias.