17.05.2021

La ex alumna Karin Román forma parte de un estudio pionero a nivel nacional sobre la participación femenina en clubes de fútbol. En la redacción del libro participa además Carolina Cabello, socióloga y estudiante del magíster en Historia PUCV, y Mauricio Largo, investigador del club Santiago Wanderers.

La inquietud de escribir el libro surgió desde una pregunta muy actual: ¿Dónde están las mujeres en la historia del fútbol? Por este motivo, con el objetivo de visibilizar su labor como sujetos históricos y participantes activas de los deportes se origina este texto.

¿De qué trata esta investigación?

El libro se centra en la historia oral de los relatos y la memoria de las wanderinas de mediados del siglo XX, partiendo por la primera socia, Graciela Molina, que viene a ser mi bisabuela. En este caso la fuente es mi abuelo, Ignacio Román Molina, ex profesor de la PUCV, y a partir de los recuerdos sobre su madre ha permitido sacar a relucir un círculo mucho más grande de mujeres que también participaban en el club y que no han sido nombradas en ninguna parte, alrededor de los años 40. Al hablar ellas y del club no podemos evitar abordar las historias de Valparaíso, los cerros en los que habitaban, los antiguos espacios de sociabilidad porteña y varios hitos de la historia de Valparaíso que han quedado en la memoria.

¿En qué periodo se centra el libro?

El libro se centra en el período de 1930 a 1950. Han ido saliendo más mujeres y participantes a medida que vamos recopilando relatos. Si bien no tenemos registros oficiales de socios tan atrás, hasta ahora hemos concluido que mi bisabuela fue socia alrededor del año 1935. Cabe destacar que es el libro de Manuel Díaz Omnes de 1952, el recuento histórico más antiguo del club, que la destaca como primera socia.

Desde su punto de vista ¿cómo ha sido la participación de las mujeres en clubes de fútbol a principios del siglo pasado?

La participación de las mujeres en clubes de fútbol ha sido bastante invisibilizada de los recuentos oficiales de la historia de este deporte. Muchas veces la labor de ellas venía desde lo privado, como por ejemplo, alojar y atender a los jugadores extranjeros en las casas de las hinchas cuando el club no tenía suficientes recursos para hospedarlos; organizar fiestas del club en domicilios privados; el diseño de las poleras e indumentaria; ir a apoyar a la hinchada a los partidos de visita y de local; todas estas obras de mujeres wanderinas de las que no sabíamos hasta ahora, y se van sumando a medida que recopilamos más recuentos.

¿Cuál es el objetivo de esta obra? ¿reivindicar la participación de las mujeres en el fútbol que es un tanto desconocida?

Exactamente. Hoy en día las mujeres jóvenes tendemos a pensar que somos las primeras en ingresar a un espacio altamente masculinizado, como lo es el fútbol, y la participación en clubes de fútbol. Si bien hoy en día los horizontes son distintos, dado que se busca una participación equitativa entre los sexos en el deporte, consideramos importante rescatar y valorar la obra de las wanderinas que nos precedieron.

El Santiago Wanderers como club se ha interesado en rescatar su historia, construida estrechamente con la historia de Valparaíso. Hace dos años se fundó la oficina de equidad de género en el club con el nombre de Graciela Molina. Desde este acto de recuerdo y a la vez de transformación, es que nos encontramos con la historia de las mujeres porteñas e hinchas.

Fotos: Graciela Molina Sánchez con sus tres hijos (Renato, Graciela e Ignacio). Segunda imagen aparece Graciela y su hijo Ignacio Román. Tercera imagen: Ex Alumna Karin Román.