Ex alumnos por el mundo: Los nuevos desafíos de Andrés Ramm en Japón
A mediados del año 2016, el entonces alumno de pregrado Andrés Ramm y la estudiante de Magíster en Cs. Agronómicas y Ambientales, Tamara Donoso tuvieron la oportunidad de viajar a Japón para capacitarse en técnicas de manejo de trasplante empleadas por los japoneses, en el marco de un proyecto de cooperación internacional acordado entre la PUCV y la empresa nipona Nacos Ltd, compañía que se dedica al mejoramiento genético en brassica.
Desde esa primera experiencia han pasado dos años. Hoy Andrés se encuentra radicado en Japón, específicamente en la ciudad de Tsu, prefectura de Mie, trabajando para la empresa Nacos como jefe del departamento breeding and development.
Recientemente realizó una visita a nuestra Escuela como parte de las labores de su actual trabajo, momento en el cual conversamos con él acerca del pasado, presente y futuro.
¿Cuál es el motivo de tu visita a nuestro país?
Viajé para realizar una visita técnica a las terceras partes en Chile, además de una visita técnica al proyecto que está desarrollando el profesor Kooichi Vidal en la Universidad.
Nacos es una empresa que mantiene relaciones con instituciones en distintos países, incluido Chile. La cadena productiva implica producción de semillas híbridas y mantenimiento de líneas parentales. Dependiendo de su estrategia, la Nacos determina dónde y cómo realiza el mejoramiento genético, conservar y multiplicar las líneas parentales y los híbridos. Mi visita se basa en la supervisión de estos procesos en Chile.
Por otro lado, el proyecto que se desarrolla en la universidad comprende investigar nuevas metodologías para mantención, polinización y multiplicación de líneas parentales de brassica.
¿Cómo comenzó está relación con Japón?
El profesor Vidal se acercó a mi cuando cursaba 5° año de la carrera y me preguntó si me interesaba trabajar con él como personal de apoyo para una visita de campo en Buin. Accedí a realizar el trabajo y desde ese momento en adelante comenzó a llamarme cada vez que tenía un nuevo trabajo en el que podía colaborar. Luego, me involucré en su proyecto de investigación sobre propagación de líneas parentales de Brassica oleracea y decidí trabajar con el profesor a tiempo completo en dicho proyecto.
Participé alrededor de medio año en el proyecto y a mediados del 2016 viajamos a Japón con Tamara para realizar una capacitación. Trabajando allá me ofrecieron regresar al año siguiente, con contrato fijo y visa de trabajo por un año, así que volví a Chile para presentar mi examen de grado y me trasladé definitivamente en diciembre del 2017.
¿Como fue para ti asumir este nuevo desafío?
La verdad es que el trabajo que realizo me llena tanto profesional como emocionalmente. Creo que lo que hago me hace feliz y no hay nada mejor que trabajar en lo que te gusta. Además, la relación con los trabajadores es muy buena, me he sentido acogido por el equipo a pesar de la barrera del idioma. Al comienzo fue un poco difícil porque tenía que comunicarme en inglés, pero ahora estoy hablando un poco más de japónes, cada día voy entendiendo más.
¿Crees que las herramientas que te entregó la Escuela han sido útiles para tu desarrollo
profesional?
De todas formas. Yo creo que una de las cosas que más me ayudó para mi desarrollo profesional es la calidad de los docentes que trabajan el departamento de hortalizas. La mención posee un equipo muy integral, que se encarga de entregar conocimientos que abarcan el ámbito científico y técnico.
Particularmente, en el curso de Fisiología Vegetal aprendí muchas cosas que puedo aplicar hoy en mi trabajo, al igual que en la asignatura de Producción de Semillas. Por otro lado, a nivel práctico el profesor Kooichi me entregó muchos conocimientos durante el tiempo que trabajé con él.
¿Cómo ha sido el balance de este último año en Japón?
Muy positivo. Siento que ya puedo entender bien cómo funciona todo el sistema de la empresa. Los japoneses utilizan un sistema tipo trainee, por lo que desde un comienzo participé en los distintos departamentos, lo que me ha permitido formar una imagen global del negocio de las semillas.
Tengo que decir que los primeros meses fue difícil insertarme en el grupo laboral, pero ahora estoy completamente integrado y pensando en el futuro.
¿Y qué implica el futuro?
En este momento estoy involucrado en el programa nuevo de mejoramiento genético, trabajando en los cruces para los híbridos y buscando resistencia a enfermedades. Las selecciones básicamente están dirigidas a esa característica y en brócolis que puedan ser usados en distintas partes del mundo, no solamente en Japón, por eso es que mantenemos comunicación constante con Chile.