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Claves para orientar empresas hacia una responsabilidad social mediante la innovación abierta

El desarrollo sostenible se ha definido como el capaz de satisfacer las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para satisfacer sus propias necesidades.

15.06.2020

Entendiendo el actual escenario que se enfrenta a nivel global, producto de la pandemia por COVID-19, los esfuerzos del mundo se han centrado en buscar una cura para el virus, además de detener su acelerado ritmo de contagio y adoptar medidas que permitan proteger a la población.

La colaboración de diversas instituciones y entidades ha surgido como una respuesta a un problema común e imperioso, e innovar parece ser el camino adecuado, como lo han evidenciado los retos que ha lanzado el Gobierno para el diagnóstico y la fabricación de mejores elementos de protección para el personal de salud. Pero quizás esto no es suficiente.

De acuerdo a Diego Núñez, gerente del Centro de Emprendimiento e Innovación PUCV, en la actualidad el mundo se enfrenta a un escenario muy distinto que no se puede desconocer. “La crisis sanitaria es hoy la más urgente y tendrá un impacto profundo en nuestro comportamiento social, sin embargo, la agenda de desarrollo sostenible de la ONU, evidencia las otras crisis que enfrentamos, que también comprometen nuestro futuro”, explica.

Para Cristhian Aldayuz, Gerente de la Incubadora de Negocios Chrysalis, esta visión es fundamental, pues la aplicación de estrategias de innovación abierta no deben perder de vista su relación con el entorno. Actualmente, las compañías no pueden hacer oídos sordos a su responsabilidad en términos éticos, medioambientales y sociales, mucho menos de cara a problemáticas globales cada vez más desafiantes, como la escasez energética y el agotamiento de recursos fósiles, entre muchos otros.

“Se tiene que el conjunto de sistemas relacionado en lo que es la triple hélice ha tenido cierta sinergia en la open innovation, lo que ha dejado un cimiento y validación importante para involucrar más actores. Se está experimentando con la cuádruple hélice: academia, administración pública, empresa y sociedad. Esta última exige explícitamente un impacto en la sociedad desde la innovación”, asegura Aldayuz.

SOSTENIBILIDAD E INNOVACIÓN

El desarrollo sostenible se ha definido como el capaz de satisfacer las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para satisfacer sus propias necesidades, y exige la adopción de múltiples esfuerzos para construir un futuro inclusivo, sostenible y resiliente para las personas y el planeta.

Es así como diversas compañías se han comprometido con medidas que fomenten una transformación y soluciones inteligentes. “El desarrollo económico y social, así como las iniciativas contra el cambio climático, se basan en gran parte en la inversión en un desarrollo productivo sostenible y las nuevas tecnologías en su amplio espectro”, asegura el gerente de Ceinnova, centro que busca promover nuevas formas de producir y colaborar, alineadas con los valores presentes en la sostenibilidad.

No obstante, cuando se habla de innovación, esto no parece ser el foco. “Cuando diseñamos una estrategia de innovación, se buscan iniciativas que fomenten proyectos de alta incertidumbre que cumplan con ser tecnológicamente factibles, económicamente viables y orientados por las necesidades de las personas, pero no nos fuerza a analizar el impacto que las innovaciones tienen en el futuro”, manifiesta Núñez.

Para Aldayuz, se debe promover un cambio de visión en la empresa. “(Ya no basta) con abrirse a resolver problemáticas internas con la open innovation, sino que también se debe considerar que estas soluciones permitan tener un impacto social, que sea perdurable en el tiempo y que signifique una mejora en la sociedad”.

Entonces, incorporar una dimensión que obligue a evaluar el impacto y la sostenibilidad de las iniciativas de innovación aparece como una alternativa factible. “Esta aproximación más holística obliga a reflexionar y generar conversaciones que impulsen proyectos que, por ejemplo, consideren algunos de los objetivos de la agenda de desarrollo sostenible”, agrega Núñez.

Pero esto no sería todo, de acuerdo al gerente de Chrysalis habría que generar incentivos desde lo público a lo privado, incluir a solucionadores de desafíos en empresas que lo adolezcan, levantar desafíos para atender mejoras y eficiencias en la cadena de valor de rubros específicos, y fomentar el desarrollo local desde la industria 2.0 a la industria 4.0, es decir, transformar a la empresa en una organización inteligente.

Por otra parte, incluir objetivos sostenibles en estrategias de innovación implica manejar un lenguaje común y la integración vertical de actores en torno al emprendimiento. “Desde una visión estratégica, incorporar esta dimensión requiere definiciones compartidas en la organización: ¿qué se entiende por sostenibilidad y hacia cuales desafíos se van a enfocar los esfuerzos?”, puntualiza Núñez.

INNOVACIONES RESPONSABLES

Ejemplos de innovaciones socialmente responsables las lideran empresas nacionales como El Melón, Sodimac y ENEL, quienes han incorporado los objetivos de la agenda de desarrollo sostenible en sus planes de sostenibilidad para innovar no solo para la rentabilidad y el crecimiento, sino también con un claro enfoque en la construcción de un mejor futuro. Desde el sector público, destacan programas como Huella, Súmate a Innovar, Innova Región, entre otras.

Seminario CONVIVAChrysalis, que entrega apoyo a startups dinámicas de alto impacto en etapas tempranas, ha impulsado iniciativas como CONVIVA Smartcities, que buscó respuesta a temáticas asociadas a seguridad y medioambiente junto con las municipalidades de Concón, Viña del Mar y Valparaíso; o convocatorias en minería junto a Candelaria, que permitieron encontrar soluciones para el tratamiento de relaves.

“Seguimos haciendo convocatorias con sentido, buscando un impacto social y económico en el territorio donde habitemos. Esto, en compañía del sector privado, gobierno, academia, emprendedores y sociedad en general. Creemos que de esta manera los cambios se harán ante un modelo espiral del win-win”, acota Aldayuz.

El reto no es menor. “El desafío central es mejorar la articulación y comunicación de los actores participantes del proceso, así como también los tiempos de respuestas, dado que los sistemas siguen avanzando y van cambiando dinámicamente”, finalizó el gerente de la incubadora.