“Acá tienes todas las oportunidades, depende de ti aprovecharlas y salir adelante”
08.11.2023
Raúl Vargas Manríquez, actualmente egresado de Derecho PUCV con nota 7 en su examen de licenciatura, nos relata cómo pasó de ser un estudiante con dificultades en primer año, a uno que sale hoy al mundo laboral con la máxima calificación en su examen final. Proveniente del colegio Alianza Austral de Coyhaique en la región de Aysén, fue abriéndose paso para encontrar las mejores metodologías de estudio y los compañeros adecuados para un camino de mejora constante.
¿Cómo fue el “aterrizaje” en la región de Valparaíso y en la PUCV cuando entraste en primer año?
Muy duro al comienzo porque mis primeras notas eran malas, un desastre para mí que venía con promedio 6,8 del colegio. Yo estudiaba mucho pero no tenía un buen método de estudio, el cual recién desarrollé en segundo o tercer año. No reprobé ninguna asignatura, pero sí sufrí porque las notas no eran a las que yo estaba acostumbrado.
¿Cómo repuntaste?
En segundo año empecé a superarme con mejores hábitos de estudio, pero también fue muy importante para mí la gente con la que me empecé a rodear, ya que ellos me enseñaron a estudiar. Fueron personas que les iba muy bien en la universidad por tener métodos de estudios que ya traían del colegio en un entorno más exigente, muy diferente de la experiencia que yo traía.
Hice mi segundo año con mejores resultados y fue constantemente un progreso en los siguientes. En primero no tuve ningún 6, y el último semestre no tenía ramos bajo 6,5, obteniendo un 7 en el examen de grado.
¿Cómo resumirías ese proceso?
Disciplina, solo eso. Un amigo de la carrera me enseñó un método de estudio, el cual uso hasta ahora. En mi intercambio en EEUU conocí gente que usaba esas mismas metodologías y me ayudaron un poco más y así, siempre fue un proceso constante de querer mejorar. Pero siempre acompañándome de gente que estaba en esa misma sintonía. Incluso yo usaba aplicaciones que bloquean el teléfono por ejemplo porque tengo un déficit atencional enorme. El resultado de un 7 en el examen, fue solo disciplina, no hay otra fórmula.
Vivías en Coyhaique, ¿por qué decidiste estudiar acá?
Postulé por admisión especial por deporte y por centro de estudiantes. Quedé acá y en Santiago, pero elegí Valparaíso porque yo venía de una región pequeña. En Santiago además todo es distinto, partiendo por los tiempos. En Coyhaique vivía a 15 kilómetros del colegio y llegaba en 10 minutos, acá vivo a menos distancia y me demoro media hora. Pensé cuánto de mi tiempo quiero dedicar a estar en el tráfico en una ciudad.
Realizaste un intercambio en Boston, Estados Unidos. ¿Esa era una meta que tenías cuando entraste acá?
No, para nada. Yo pensaba que el intercambio no servía. Mientras avanzaba en la carrera, con un ritmo intenso, empecé a ver las posibilidades y vi el valor de cosas que antes no vislumbraba, como el intercambio. Al desarrollarme más como persona, entendí que el intercambio me ayudaría mucho. Me fui a Boston, fue una experiencia muy grata e incluso trabajé en investigaciones con profesores allá. Todas estas cosas, cuando estaba en el colegio, no las vi como una posibilidad siquiera.
A la vuelta ya venía con otra visión de las cosas, que es algo que la universidad te entrega a través de las oportunidades que te da, y uno las toma o las deja.
¿Cómo fue la experiencia de las pasantías?
Hice tres pasantías. Acá en la región, el 2021, hice la pasantía en Magasich Abogados; el segundo semestre hice una en el sector de derecho público en la Corte Suprema; la última en marzo de 2023 en Santiago. Hice tres pasantías porque vengo de una familia donde no hay abogados, entonces no conocía el entorno, no tenía perspectiva de este mundo para iniciar una carrera y en búsqueda de esa mirada hice algo regional, algo del mundo corporativo en Santiago y algo de derecho público.
Las pasantías sirven mucho en la medida que se va entendiendo un poco más en qué tiene que fijarse uno en este mundo. Enfrentarse a pequeños casos es valioso y uno se lleva ese conocimiento, sobre todo si se hace desde cuarto hacia arriba. La más enriquecedora fue la última porque ya tenía muchos más conocimientos.
¿Qué valor destacarías en Derecho PUCV?
La diversidad es lo más valioso acá y cómo se integran miradas de fenómenos que no se perciben de la misma forma por diferentes personas. Yo acá conocí muchos aspectos que no conocía, me enseñaron mucho de la vida. Juntar personas de diferentes entornos socioeconómicos de colegios de distintas procedencias, es enriquecedor para todos. Ayuda a sacar ciertos estereotipos que existen.
Finalmente, ¿cómo resumirías tu paso por Derecho PUCV?
Es innegable que te deja rigor y eso va moldeando la personalidad. En una pasantía me decían “el chico de la Católica de Valparaíso” y cuando pregunté qué significaba, me decían que era gente buena para trabajar, que se quejaban poco porque ya habían “aperrado” mientras estudiaban, que se adaptan bien a los entornos, etc. Yo caí en cuenta que el estudiante de la PUCV es visto como alguien que no ve tormentas en un vaso de agua porque vivió varias mientras estudiaba, entonces en la carrera te preparan para lo que será la vida laboral y ambientes de estrés. Esta facultad se diferencia de otras por el rigor. Esto moldea un carácter y personalidad que es muy valorado fuera.
La Universidad entrega las experiencias para aprender, las oportunidades para salir adelante, y depende de cada uno qué hace con esto. El sello es la exigencia y el que quiere hacer algo con su carrera, la toma o la deja, como la vida misma.