La Escuela Sindical de Derecho de la PUCV celebra una década comprometida con los trabajadores
04.09.2024
La Escuela Sindical de Derecho de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV) cumple 10 años, consolidándose como un referente en la capacitación de trabajadores y trabajadoras, no solo de la universidad, sino de toda la región de Valparaíso. Lo que comenzó como un proyecto del centro de estudios Aurora, ha crecido hasta convertirse en una iniciativa con vida propia, gestionada íntegramente por los mismos estudiantes, una característica que la distingue de otras Escuelas Sindicales en el país.
Alonso Barrios, estudiante y uno de los organizadores, describe el objetivo de la escuela como un esfuerzo por "promover el potencial de la misma como centro de impulsión de temas laborales en la zona" y por "entregar herramientas a trabajadores y estudiantes en distintas áreas laborales". Esta misión es asumida con responsabilidad por los 23 estudiantes y exalumnos que gestionan la Escuela Sindical, apoyados por profesores y profesoras del área de derecho del trabajo.
A diferencia de otros proyectos similares, la organización y ejecución de esta Escuela corre por cuenta de los estudiantes. Desde la planificación de los módulos hasta la coordinación con los expositores, todo es gestionado internamente, con el financiamiento proveniente principalmente de fondos institucionales.
Cada año, la Escuela Sindical adapta sus contenidos a las necesidades y desafíos actuales del mundo laboral, con especial atención a los cambios legislativos más recientes, como la Ley de las 40 horas y la Ley Karin. Este enfoque ha sido fundamental para mantener la relevancia del programa y atraer a un número creciente de participantes. Este año, más de 100 personas se inscribieron, una cifra récord para los organizadores.
En su décima versión, el programa comenzó el 14 de agosto, con un primer módulo de “Novedades Legislativas”, que incluye temas como compatibilización del trabajo y la familia, la jornada de 40 horas, Ley Karin, procedimientos de denuncias, entre otros. El 12 de septiembre comienza el módulo “Aspectos Fundamentales”, con aspectos como huelga, contrato colectivo, negociación, reserva de derecho y Código del Trabajo, teniendo su jornada de clausura el 23 de octubre, luego de 10 sesiones.
A pesar del éxito, uno de los desafíos pendientes es la posibilidad de realizar cursos de forma telemática para ampliar la cobertura a trabajadores de otras zonas del país.
Felipe Grez, otro miembro del grupo organizador, destaca que "el desafío siempre ha sido ver cómo se hereda el trabajo a las siguientes generaciones". La participación de estudiantes de cursos inferiores es vital para asegurar la continuidad de este proyecto, que se ha convertido en un espacio clave de formación y encuentro para la comunidad laboral de Valparaíso.
“El equipo es súper activo en cuanto a mantener vivo el espacio, entonces no es difícil levantar el programa por el trabajo en conjunto que se hace, cada uno tiene su rol”, señala Alonso Barrios.
La Escuela Sindical ha logrado establecer lazos con otras instituciones y programas, como la Clínica Jurídica y el Voluntariado Jurídico de la PUCV, y mantiene una colaboración activa con escuelas sindicales de otras universidades, como la Universidad de Valparaíso, una de las instituciones con las cuales se han ido cimentando lazos de colaboración y genera expectativa por futuros trabajos en conjunto.
Uno de los aspectos más valiosos de la escuela es el contacto directo con los trabajadores. Según Grez, "lo más valioso de lo que hacemos es el contacto con los trabajadores, ver el agradecimiento de ellos, ver que agotan las preguntas y que hay mucho interés porque son cosas que les sirven. Sentimos que ayudamos en algo real".
María José Espinoza, alumna y coordinadora agrega que "instancias como la Escuela Sindical son de suma importancia, ya que contribuyen a nuestra formación como profesionales al servicio de las personas y permiten compartir los conocimientos adquiridos durante la carrera, con quienes los necesitan”.
Este proyecto no solo ha tenido un impacto significativo en la comunidad laboral, sino que también ha permitido a los estudiantes de Derecho romper con la percepción de que la carrera está aislada en una "burbuja". Barrios añade que "romper con la inercia que significa la carga estudiantil, por cuanto al existir tal cantidad de responsabilidad académica, podría significar que el estudiantado no pueda permitirse el participar en actividades que fortalezcan a la comunidad."
Además, explica: “muchos participantes y organizadores están comprometidos con la instancia. El solo gesto de permitirse participar en largas jornadas durante la tarde, luego del trabajo para muchos, refleja un íntimo compromiso por parte de la comunidad que nos llena de gratitud y motivación por hacer que esta instancia mantenga su longevidad. Nos complace ser un voluntariado que convoque a gran cantidad de estudiantes, por cuanto es a través de su tiempo y esfuerzo que este espacio logra ser lo que es".
Finalmente, los organizadores invitan a otros estudiantes a sumarse, destacando que, si bien la participación en la instancia requiere tiempo personal y compromiso con el equipo, el orgullo y el sentido de propósito que genera el participar en un proyecto como este son invaluables.
Nota: actualmente, el grupo está compuesto por María José Espinoza Ramírez, Thiare Rojas Jofré, Alonso Barrios Carvajal, Nicolás Videla Avaria, María Josefa Hardoy Casanova, Vicente Monsalve Ahumada, Bastián Labayru Guajardo, Antonia Correa Venegas, Sebastián Barahona López, Anahí Ahumada Gálvez, Juan Manríquez Benavides, Antonia Bernal Valderrama y Felipe Grez Cross.
Facultad y Escuela de Derecho PUCV