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PUCV realizó emotivo homenaje póstumo a profesor Roberto Serra, destacada figura del ámbito académico

Con la presencia de su familia se presentó el libro “Álbum” Fotografías de Roberto Serra, instancia que permitió recordar la trascendente trayectoria de quien desempeñara numerosos e importantes cargos dentro de la Universidad, entre ellos, decano de la Facultad de Ingeniería.

Con la presencia de su familia, liderada por su hija Pía Serra Banfi, el Centro de Estudios Avanzados y Extensión de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso llevó a cabo la presentación del libro “Álbum”, Fotografías de Roberto Serra, como parte de una Ceremonia de Homenaje a quien fuera un destacado profesor, Decano de la Facultad de Ingeniería, Vicerrector, primer presidente del Senado Académico y presidente del Centro de Investigaciones del Mar (CIMAR) de nuestra universidad, entre los años 1950 a 1974.

El acto – enmarcado en los 90 años que está cumpliendo nuestra Universidad- comenzó con la intervención del Vicedecano de la Facultad de Ingeniería, Raúl Conejeros, quien –en representación del Decano José Ceroni-  destacó el rol de Roberto Serra en la formación de los futuros ingenieros y su habilidad para emprender en el área productiva, así como también su compromiso con el desarrollo económico y social del país, lo que también se traspasó a su labor universitaria. “Recordar a Roberto Serra nos lleva a recordar su compromiso con el desarrollo de la universidad y con la facultad de ingeniería (…) Su recuerdo resalta su extraordinaria solidez intelectual, profundo compromiso con su oficio, una dedicación a sus semejantes, ejercida con convicción y sin pedir privilegios. Somos nosotros, la actual facultad de ingeniería, quienes tenemos el privilegio de beneficiarnos y enriquecernos con los resultados de su aporte”. 

Tras las palabras de la autoridad universitaria, subió al escenario Macarena García, escritora y profesora del Instituto de Arte de la PUCV quien estuvo a cargo del prólogo del libro. La académica explicó sus sentimientos y emociones tras analizar las imágenes que hoy integran la publicación. “Se trata con todo de un álbum. Un álbum que dispone sobre el blanco de las páginas, y de la memoria, fotografías que registran cada una, un instante de una experiencia de viaje en familia. Quizá el signo de lo familiar se revele, ante todo en la familiaridad con que los niños retratados se vinculan con el lente del padre que los acompaña, un lente que delata una mirada tan distante como cercana, como quien se oculta un segundo, al acecho”. García destacó, además, el trabajo realizado con las imágenes para esta publicación y la mirada de Serra tras el lente. “En la mirada de Roberto Serra viajero, padre e ingeniero se acusa, muchas veces, la misma clase de desajuste o desencuentro entre progreso y malestar, sobre todo en las fotografías reunidas en el acápite ‘lugares y paisajes’, donde una suerte de realismo interior desdibuja la frontera entre el antes y el después, tal como ocurre en las fotografías dedicadas a París”.

Más tarde, Manfred Wilhelmy, Director del Centro de Estudios Avanzados y Extensión, quien conoció muy de cerca a Serra durante su época estudiantil y académica, destacó el gran papel del ingeniero químico y docente en el marco del movimiento universitario del 67 que transformó la institución. “Para decirlo desde ya, fue haber jugado uno de los roles más decisivos, diría que un rol solamente comparable con el del Rector, para que se pudiera canalizar racionalmente esa energía de cambio en un proyecto de desarrollo coherente, que pudiera sostenerse en el tiempo”, aseveró.

A juicio del Director de CEA, la Universidad tuvo el gran privilegio de contar entre los impulsores de su desarrollo en los cruciales años de la reforma y comienzos de la década del 70 a un académico distinguido y un líder de primer orden como fue Roberto Serra Despouy. “El álbum que hoy se presenta nos muestra sus facetas de hombre de familia, de viajero en misión profesional y de observador del Viejo Continente, dotado de fina sensibilidad estética, así como de habilidad técnica. Haber contado con su apoyo y amistad desde esos años inolvidables compromete mi emocionado reconocimiento y gratitud”, expresó.

Por su parte, Patricio Arana, profesor emérito de la Escuela de Ciencias del Mar se refirió al impulso que dio Serra a la creación y fortalecimiento del área marina dentro de la PUCV. “Él no era hombre de mar, ni tenía vínculos directos con el área marina, pero por algo, que nunca nos llegó a confidenciar, lo llevaba a apoyar con gran energía esta noble causa”.

Arana relató cómo a finales de la década del 60, cuando Serra se desempeñaba como Secretario General y Raúl Allard era Rector de la Universidad, sus múltiples relaciones le permitieron aprovechar una especial coyuntura política que se daba cuando se discutía en nuestro país la creación de un Ministerio del Mar. Así, ciertas circunstancias, motivaron que se asignara un ítem especial en el presupuesto de la nación a la casa de estudios, que permitió la adquisición del Castillo Echaurren y la construcción de oficinas y laboratorios para realizar investigaciones marinas. A esto siguió la compra del restaurante El Castillo de la familia Fornoni y otras propiedades en la zona de Caleta el Membrillo, todas ellas en un rincón del Gran Valparaíso, con la ambiciosa intención de desarrollar un núcleo de gran importancia para las Ciencias del Mar, tanto a nivel regional como nacional. “Ése fue el comienzo de mi estrecha relación con don Roberto, integrando la comisión que se instauró para delinear la creación del Centro de Investigaciones del Mar o CIMAR, labores que él presidió con gran habilidad para lograr que se concretara este Centro (…) La frase de “Lo que por sabido se calla y por callado se olvida” tiene plena validez en su caso. Don Roberto fue uno de los más destacados impulsores de las Ciencias del Mar en la Universidad y su legado está a la vista de quien lo quiera ver”, concluyó el académico.

A cargo de finalizar el homenaje estuvo Pía Serra Banfi. La hija de Roberto Serra leyó algunos párrafos de las cartas que su padre escribió a autoridades PUCV mientras estuvo en París. Asimismo, destacó la vocación de su padre por la labor académica y que traspasó las aulas para llegar hasta su ámbito más familiar e íntimo. También, a nombre de toda la familia, agradeció a la Universidad por la buena voluntad demostrada para apoyar la realización de la ceremonia.