El Tigre y el Cerdo
Un tigre había tenido un excelente día cazando. Había comido hasta quedar muy satisfecho pero le dio sed y se encaminó hasta el arroyo más cercano. Ahí había un cerdo tomando agua y cuando vio al tigre se paralizó de miedo. El tigre lo vio y se agachó a tomar agua pero para su mala suerte el agua tenía mal sabor y estaba sucia. Decidió ir a tomar agua a otro río que había cerca.
El cerdo intrigado por la conducta del tigre llegó a la conclusión que si el tigre no lo había atacado y además se había ido sin tomar agua era porque le tenía miedo. De repente se sintió poderoso como un elefante y corrió detrás del tigre para desafiarlo a pelear.
-Hoy día no" le dijo el tigre mirándolo por encima del hombro, "juntémonos mañana y peleamos". El cerdo tomó esta negativa a pelear como otra evidencia del miedo que el tigre le tenía y su ánimo creció. Volvió a su barrio y comenzó a farsantear y a contar que él sería el próximo rey de la selva.
Cuando su familia supo del desafío de pelea que había convenido con el tigre quedaron horrorizados. Se dieron cuenta al tiro de por qué el tigre se había ido del arroyo y convencieron al cerdo de que había hecho una locura. Al darse cuenta de su error le entró un miedo y comenzó a tiritar. Viendo lo mal que se sentía, el abuelo del cerdo ideó un plan para salvarlo.
-" Mantén tu cita de mañana con el tigre para pelear" le aconsejó, "de otra manera vendrá a buscarte acá a la casa y nos comerá a todos. Pero antes de ir a la cita revuélcate en la basura y donde los elefantes hacen sus necesidades...Tienes que oler de manera repugnante."
El día se la cita el cerdo se revolcó en cuando inmundicia encontró. Olía de manera asquerosa. El tigre lo estaba esperando ansioso, pensando en la fiesta que se pegaría comiéndose al cerdo. Pero cuando éste se le acercó se alejó molesto.
-"Qué has hecho?, gruñó, "Tú estás muy hediondo, asqueroso". Había venido con la idea de un banquete delicioso y todo su apetito se transformó en náuseas y vómitos. El olor del marrano era insoportable.
-"He venido a pelear contigo", le gritó el cerdo y se le tiró encima.
-Aléjate de mí", gruñó el tigre. "-Ándate y déjame solo".
El cerdo volvió a su casa y su familia y amigos se dieron cuenta que ser sucios era bueno para ellos y comenzaron a revolcarse en el barro y en la mugre todos los días antes de salir de paseo. Lo siguen haciendo hasta el día de hoy!