31.05.2018
"Rapa Nui, un camino a la autonomía", lleva por nombre el libro escrito por la ex alumna de la Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso y actual estudiante de nuestro Diplomado en Derecho del Mar y Marítimo, Alejandra Astudillo Stöwhas, el cual presenta una mirada crítica – pero a la vez esperanzadora- sobre las normas jurídicas de Rapa Nui.
El texto -editado por Rapanui Press y favorecido con fondos del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio- busca contribuir desde la perspectiva de las normas que rigen a la Isla, al conocimiento de su historia contemporánea, a la reflexión y discusión necesarias, para hacer efectiva ante la ley y la Constitución de Chile el hecho que Rapa Nui es de los rapanui. Su presentación estuvo a cargo de Poky Tane Haoa, quien realizó además el prólogo de la publicación, que se gestó en paralelo a importantes eventos en la vida de Alejandra.
“Este libro lo comencé a escribir estando embarazada de mi segunda hija, Ohana, y vio la luz cuando ella ya cumplía 1 año 3 meses, y mi hija mayor, Tauahere, 4 años. Lo que más rescato del proceso es que comprobé que se puede ser madre, esposa, abogada y emprender un proyecto como el de escribir un libro, todo al mismo tiempo, y dar lo mejor en cada desempeño. Muchas veces pensé que no lo iba a lograr, pero me di fuerzas y salí mucho más empoderada y feliz al terminar”, cuenta con orgullo.
La autora y su vínculo con Rapa Nui
Alejandra Astudillo tiene una estrecha relación con la isla, tal como nos relata. “Rapa Nui era para mí un enigma desde pequeña, a medida que fui creciendo quise conocerla, y al estudiar Derecho quise profundizar en su historia y sus demandas. La vida se encargó de encontrar primero a mi padre con esta isla, y luego también a mí, de manera separada. Mientras mi padre viajaba permanentemente a trabajar en sus casos, yo conocí a gente de Rapa Nui que estudiaba y que vivía en el continente. Luego mi papá me invitó un verano, del 2008, y desde ahí nunca más pude pasar el verano en otro lugar. Y fue así que en el último de los veraneos (febrero 2011) conocí al que luego sería mi marido, Poky Tane Haoa Hey, quien inspiró en gran medida mi deseo por escribir, y me ayudó a ver y entender la realidad desde su mundo”.
Posteriormente, realizó su memoria de título sobre las temáticas de la Isla, titulada “Estatuto histórico-jurídico de Isla de Pascua (Rapa Nui), la cual dirigió el profesor Carlos Salinas; sobre la base de este trabajo académico, Alejandra escribiría su libro. En él plantea que en los 130 años transcurridos desde el Acuerdo de Voluntades de 1888, la legislación existente no se ha hecho cargo de uno de los anhelos más sentidos del pueblo Rapa Nui, que es la recuperación de su tierra y el ejercicio autónomo de su gobierno y su jurisdicción. Alejandra- quien está casada con Poky Tane Haoa Hey, con el cual tiene 2 hijas- vive hace años en la isla, lo que le ha permitido identificar muchos conflictos que se generan por la aplicación de la ley chilena, incluso de la Ley Indígena, incongruencias, vacíos, y mucho desconocimiento acerca de la idiosincrasia del pueblo rapanui.
Es a partir de esta experiencia personal y profesional, que Alejandra Astudillo plantea en su libro la necesidad de autonomía, que es distinta a demandas por la independencia o descolonización. “Autonomía significa que Chile sigue siendo soberano, pero implica el reconocimiento necesario de que los rapanui se pueden dar la organización social, política y económica que estimen pertinente de acuerdo a su cultura, idiosincrasia y costumbres. ¿Y por qué estimo que el camino es la autonomía y no la independencia? Además del respeto necesariamente bilateral del Acuerdo de Voluntades de 1888, por la realidad misma: es conveniente y necesario: salud, educación, obras públicas, defensa y un largo etcétera que ni con la administración de 5 parques se podrían financiar”, argumenta.
En esta línea, la autora indica que el reconocimiento de la lengua oficial en su territorio, y el reconocimiento constitucional especialmente, es la base de una relación sana y seria entre el Estado y los pueblos originarios, ya que al existir reconocimiento en la Constitución se generan obligaciones y deberes para el Estado. A su juicio, debe haber además un reconocimiento del Acuerdo de Voluntades de 1888, y de sus términos, “para posteriormente otorgarles derechos a crear leyes y ser juzgados por sus propios tribunales, conforme a sus valores culturales, del autogobierno por órganos conformados y reglamentados según los usos y costumbres de sus comunidades, la creación de distritos electorales especiales para senadores y diputados indígenas, entre otros”, señala. A lo anterior suma el reconocimiento a los derechos de propiedad de la tierra, la dictación de un estatuto especial, una educación que potencie, respete y valore las tradiciones rapanui, mejorar el nivel del Hospital de Hanga Roa, autonomía alimentaria, entre otros.
Según la autora, también hay desafíos pendientes para el pueblo Rapa Nui: “es fundamental fortalecer la unidad política y social del pueblo. La comunidad aparece muy atomizada por diversos grupos, personas y/o facciones que aún no logran ponerse de acuerdo en un proyecto político que exprese la historia y los sueños del pueblo y que lo ponga en marcha para el logro de esas ideas. Es necesario dejar de lado los egos personales y construir teniendo como norte el bien común por sobre el personal. En esto hay mucha tarea pendiente”, analiza.
En cuanto a los modelos que podrían seguirse, Alejandra Astudillo rescata del proceso nezolandés la creación del Tribunal de Waitangi -cuyo fin es determinar el sentido del Tratado de Waitangi- y es una instancia en donde las tribus maoríes plantean sus demandas y se buscan las soluciones; sin embargo, se confiesa proclive el modelo de Colombia, en donde el Estado -en su relación con el Pueblo Inga de Aponte- y sin perder soberanía sobre esos territorios, ha llegado a acuerdos en materia de propiedad de la tierra, y respeta y reconoce su organización interna.
A modo de reflexión final, nuestra ex alumna se muestra esperanzada respecto de Rapa Nui, aun cuando no llegue el reconocimiento constitucional. “Lo que ya se ha ganado (…) no es producto del azar, sino que es una conquista de este pueblo que desde hace muchos años ha estado luchando por el reconocimiento de sus derechos, y a la vez una manifestación de la voluntad del Estado de abrirse al cumplimiento de sus compromisos internacionales en materias indígenas, cuestión que no se replica en otros pueblos como el Mapuche. Felizmente podemos ver que Rapa Nui está recorriendo un camino a la autonomía”.
Por Pedro Martínez Muñoz
Derecho PUCV