Lejos de los laboratorios de investigación y enfocada en un nuevo emprendimiento, Catalina Herrera, ex alumna de Bioquímica de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, hoy está enfocada en una iniciativa que busca facilitar la ubicación de restaurantes, almacenes y tiendas amigables con el medio ambiente en el Gran Valparaíso.
Mapa Verde se define como un lugar de encuentro y conexión, donde se podrán encontrar personas que ofrecen productos y servicios sustentables, a través de un mapeo que incluye las comunas de Concón, Viña del Mar, Valparaíso, Quilpué y Villa Alemana, y con miras a expandirse a toda la región de Valparaíso y eventualmente a todo Chile.
En entrevista con Red Alumni PUCV, la ex estudiante de nuestra Casa de Estudios relata cómo ha sido liderar Mapa Verde desde agosto del 2022.
¿En qué consiste Mapa Verde?
En facilitarle la vida a las personas que comienzan con una vida más sostenible, y también a quienes ya llevan tiempo en esto. Al momento de tomar consciencia, quieres ser un ciudadano que consume en coherencia con tu renovada forma de pensar, dañando lo menos posible el medio ambiente y aportando a las personas de tu alrededor, pero la vida acelerada que llevamos y el marketing de las grandes empresas no facilita mucho esta transición. Se hace difícil encontrar esos lugares y personas que ofrecen lo que tu realmente necesitas y de la forma en que lo necesitas.
En el Mapa Verde, podrás encontrar todo lo que necesitas, es un mapa virtual, basado en Google maps, tú entras y podrás ver todos los emprendimientos sostenibles que hay a tu alrededor.
¿Cuáles son los desafíos y proyecciones que tiene Mapa Verde?
El principal desafío es que los ciudadanos consumidores vean que hay otra forma de adquirir los productos y servicios que necesitan, que se hagan conscientes de que al comprar estamos favoreciendo y potenciando a una marca y a quienes están detrás.
El desafío en este momento es hacernos conocidas, hacer visible el Mapa Verde. Estamos con publicidad en radios locales y comenzaremos pronto con un programa de radio con el objetivo de visibilizarnos, pero al mismo tiempo hacer educación ambiental. Queremos aportar al cambio cultural necesario en estos tiempos.
Nuestra proyección es mapear región por región hasta ser un mapa a nivel nacional y lograr visibilizar cuestiones relevantes con respecto al poder del consumidor.
¿Qué te motivó a iniciar Mapa Verde?
Yo procuro vivir de la forma más coherente posible, por lo que cada vez que necesito algo, invierto muchas horas de mi vida en buscar lo que necesito, que cumpla con mis exigencias, a veces tengo éxito, y otras veces no encuentro nada. Por esa misma razón, las personas que me conocen normalmente me están preguntando datos, de productos o servicios más sostenibles. Por eso, esto comenzó a rondar mi cabeza.
Por otro lado, dada la situación económica actual, empecé a ver cómo locales que yo considero sostenibles, estaban quebrando, no lograban las ventas suficiente para sobrevivir. Mi convicción de que tenemos que cambiar nuestra forma de habitar nuestro planeta se alinea perfectamente con cambiar nuestra forma de consumir. Entonces, si logramos conectar al incipiente consumidor consciente con los emprendedores más sostenibles, creo que habremos aportado a tener un mundo más sostenible.
¿Cómo te comenzaste a vincular con el mundo de la sostenibilidad?
Desde muy pequeña siento mucho amor y admiración por la naturaleza. Me hice vegetariana a los 15 años porque no estaba de acuerdo con el maltrato generado a los animales. Ingresé a la carrera de Bioquímica para generar conocimiento en el área ambiental y mientras era alumna, junto a dos compañeros, nos ganamos un fondo Confía y con el proyecto Laboratorios con ConCiencia apuntamos a educar y gestionar los residuos peligrosos de los laboratorios de docencia. Como bioquímica trabajé en biorremediación y también en generación de hidrógeno con bacterias. Mi primer emprendimiento formal fue de educación ambiental y gestión de residuos para el reciclaje, y ahora Mapa Verde.
¿Crees que existe una cultura sostenible en el país?
Creo que no existe una cultura sostenible. Aún somos un país extractivista, diría que tenemos una cultura cortoplacista que privilegia las ganancias económicas en desmedro de la salud humana y el bienestar del planeta. Lamentablemente, creo que es así, sin embargo, cada vez hay más personas tomando conciencia y empatía. Hoy hay más personas dedicando su vida a proteger el planeta, e iniciando emprendimientos que quieren hacer las cosas distintas, porque se puede.
¿Cuántos locales sostenibles hay en la región según sus catastros? ¿De qué tipo son?
Estimamos que en toda la región hay al menos mil, y estamos hablando de distintos rubros: de comida, de cosas para el hogar, autocuidado, de ropa y accesorios, de educación, entre otros. En el fondo, hay locales de todo el quehacer, de todo lo que hacemos en el día a día. Actualmente puedes encontrar algún producto o servicio que sea más consciente, que sea más sostenible.
¿Por qué resaltar los negocios con sellos verdes?
Es importante cambiar la forma en que vivimos, los emprendimientos conscientes no son negocios tradicionales, los tradicionales buscan una oportunidad de negocio o la generan con el fin último de ganar dinero, sin embargo, los emprendimientos sostenibles, normalmente nacen por una necesidad de sus fundadores de generar valor, quieren cambiar el mundo y lo hacen a través de sus emprendimientos, el dinero es una consecuencia no el fin que persigue el emprendimiento. Si las personas priorizan consumir productos y servicios más sostenibles, están siendo parte del cambio que los emprendimientos quieren lograr, un mundo más justo y empático, con las personas y el planeta.