Álvaro Vidal, ex alumno de Bioquímica, participa en un innovador proyecto de preservación del vino en Italia
El año 2021 en medio de la pandemia, Álvaro Vidal, bioquímico egresado de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, decidió iniciar sus estudios de postgrado en la Universidad de Trento- en Italia- dando un vuelco a su vida en Chile.
Junto a su pareja y a su perrita, los tres iniciaron un viaje que los mantiene hoy viviendo en la capital de la región de Trentino-Alto Adigio. En la actualidad, Álvaro está desarrollando su tesis doctoral en Biotecnología Vegetal en la universidad italiana. El proyecto conjunto entre el TomsBio Lab, el laboratorio de biotecnología vegetal de la Foundazione Edmund Mach (FEM) y el C.I.I. de Viña Concha y Toro de Chile tiene por nombre “Grape SysTress” .
Por los próximos años su trabajo estará enfocado en adaptar las plantas de vides al cambio climático para preservar el vino para las futuras generaciones, utilizando la última tecnología desarrollada en ciencias biológicas.
Les invitamos a leer la entrevista que le realizamos desde Red Alumni PUCV
Hace algunos meses estás viviendo en Italia, cuéntanos ¿Cómo ha sido la experiencia al realizar un doctorado en Europa?
Sí, bueno, es una experiencia muy fuerte, con muchos altos y bajos, pero son increíbles las oportunidades que se abren en Europa para desarrollarse en ciencias. Los equipos de trabajo acá son muy diversos, y se basan mucho en la colaboración y, en ese sentido, es maravilloso.
¿En qué consiste el proyecto “GrapeSysTress”?
El proyecto GrapeSysTrees es la propuesta que les presenté como tesis doctoral a los laboratorios con los que ahora estoy trabajando (De España, Chile e Italia), financiado por la Viña Concha y Toro y la Fondazione Edmund Mach en Italia. El proyecto nace de la necesidad de adaptar las plantas de vides al cambio climático para poder asegurar el vino en las futuras generaciones, utilizando la última tecnología desarrollada en ciencias biológicas. Como es un cambio climático acelerado por la actividad humana, la respuesta debe venir de nosotros: como científicos debemos buscar una forma igual de rápida para apurar los procesos naturales de adaptación climática, y asegurar la soberanía alimentaria del futuro. Claramente esto incluye al vino, que ha sido esencial en la historia humana.
Respecto a tu estancia en Italia ¿Cómo ha sido el proceso de adaptación y qué diferencias has visto respecto a la vida en Chile?
Ha sido una experiencia muy compleja, cambiarse de país acarrea muchos problemas burocráticos y sentimentales, pero el balance siempre es positivo. Lo más difícil fue el inicio, llegué sin saber nada de italiano, con mi pareja y mi perrita, pero he conocido personas que durante todo el proceso me han ayudado, y con las que formé amistades fuertes.
En temas culturales Italia no es muy diferente a Chile, la gente es más diversa porque la migración es alta, pero la cultura italiana no es muy distinta a lo que estaba acostumbrado en Chile. La gran diferencia es la calidad de la comida, pues los estándares de alimentación acá son muy altos y los precios más bajos.
Realmente es un sueño poder vivir acá más años, me gusta mucho donde estoy viviendo, porque estoy rodeado de árboles, montañas y lagos, que es lo que más me gusta. Aunque siempre está presente la idea de poder volver a Chile, sobre todo ahora, que el proceso social nos tiene esperanzado.
Tras el doctorado ¿piensas volver a Chile?
Mi doctorado tiene dos proyecciones directas dentro de Chile, por un lado, llevaré todos los conocimientos que aprenda y genere a los laboratorios de biotecnología de la viña, y por otro, todas las plantas que genere se cultivarán en Chile. Serán las primeras en el mundo, y si tienen buen desarrollo en los campos, de aquí a unos años los vinos chilenos serán mucho más sustentables, necesitarán menos agua y pesticidas.
¿Cómo evalúas tu formación académica en la PUCV y cómo influyó en el profesional que eres hoy?
Realmente me sorprende lo bien preparados que estamos al egresar. He tenido la oportunidad de trabajar con personas de todo el mundo, y puedo decir con justa razón que la formación académica de la PUCV no tiene nada que envidiarle a otras universidades. Fuera de la formación estrictamente académica, los valores y formas de trabajo que aprendí en el laboratorio donde trabajé durante el pregrado (lab. de Ecología Química), han sido fundamentales para poder seguir trabajando en lo que me gusta.
¿Qué aspecto destacas del Instituto de Química?
Creo que los aspectos más importantes son la calidad de los conocimientos que nos entregan obviamente, pero sobre todo que el tamaño de la universidad nos permite desarrollar relaciones con los profesores que en universidades masivas no se logra, y eso ayuda mucho a poder diseñar el tipo de científico que quieres ser, tomar modelos a seguir y sentir un apoyo real por parte del grupo académico, lo que en otros lugares no sucede.
¿Cómo crees que desde tu área de desarrollo profesional puedes aportar a la divulgación y socialización de la ciencia?
Siempre ha sido un dilema porque la ciencia no vale nada sin la divulgación. Sin que la gente se interese y lo vea relevante no podemos hablar de desarrollo. En el caso de las ciencias vegetales, creo que toma una relevancia mayor porque cada día de nuestras vidas depende de cómo se han desarrollado las ciencias vegetales durante los últimos siglos, y junto con la presión de proyectar nuestro trabajo al escenario mundial de los próximos años, con las condiciones catastróficas que se nos vienen encima, debe ir de la mano con la divulgación. En lo personal siempre intento acercarme a la divulgación desde mi vereda, participando con proyectos de divulgación dentro de las escuelas y conversando lo máximo posible sobre los beneficios que nos traen los avances científicos.